Cuando nos llamamos por nuestros nombres de pila siento frío.
Es como un dique.
Me llamas por mi nombre y toda la alegría se golpea una y otra vez contra él.
Como una ola que quiere pero no puede saltarlo.
Yo hago lo propio y escribo tu nombre.
Estamos en una guerra dialéctica que no me gusta.
Significa que algo va mal, que tú ves blanco,y yo veo negro.
Realidades distintas que de tanto en tanto se ven las caras.
Escribes mi nombre,y lo odio más que nunca.
Yo acabo mis frases con el tuyo.
Detesto no usar cualquiera de los calificativos que hemos inventando en nuestro lenguaje propio.