Ayer 18 de noviembre salió el sol.Un día esplendoroso,brillante,genial.
Y ella rompió con sus rutinas.
Como si ese ritual fuera una especie de ritual de la suerte, como si al cambiar sus rutinas estuviera cambiando su vida.
Para empezar en el metro de las 8.24h no se sentó en la parte derecha.
Se sentó en la parte izquierda,quería sentir el sol sobre su cara.Iba sonriendo de felicidad.
Al bajar del metro cambió su rumbo,caminó por otras calles soleadas hasta la oficina, absorta en sus pensamientos, escuchando su música, pensando en que quizás ese 18 de noviembre cambiaría su vida.
Tuvo todo el día una sonrisa en la boca.
Tenía la tarde libre,y era la tarde.Hizo la siesta, se duchó, se puso guapa para él, y entonces él la llamó para concretar la hora...y quedaron, en la misma parada de metro dónde le besó la última vez que la recogió allí.Pero esta vez no hubo beso.
Llegó con su coche negro y ella le sonrió, y el le sonrió, una sonrisa sincera, profunda. Hasta sus ojos verdes le estaban sonriendo.Estaban contentos por encontrarse de nuevo.
Se fueron a tomar un té, ella ya no estaba nerviosa, sentía una paz extraña.
Hacia más de 2 meses que no se veían, pero parecía que el tiempo no había pasado, parecía que le había visto el día anterior.
Un té, unos papeles que firmar,unos ojos que se clavaban en los suyos,una conversación animada.
A ella le encantaba sostenerle la mirada,no le temblaba nada, el tiempo se detuvo.
Risas,carcajadas,miradas,complicidad.Era feliz.
No se hubiera ido de allí nunca.
Llegado el momento subió otra vez a su coche,y cuando llegó la despedida se abrazaron, y el le dió un beso en la mejilla,ella se giró y lo miró para preguntarle si seguía con ella.Y la respuesta fue sí.Contra todo pronóstico...no entendía nada, no entendía sus últimos tonteos de estas semanas.
Y ahí no dolió,se anestesió todo. Le dijo que se alegraba por él, pero que era un poco raro verle y no poder darle ni un beso.
Y entonces él le volvió a abrazar,esta vez fue un abrazo largo, y ella le susurró en el oído que le apreciaba mucho,mientras él le tocaba el pelo y le besaba en la mejilla y le decía que el también, que le tenía muchísimo cariño, porque era una persona maravillosa.
Se puso el bolso y bajó del coche, y no miro hacia atrás.
Y sí, ella es una persona maravillosa,pero sigue durmiendo sola, sale del trabajo todos los días y no tiene a nadie esperándole en la puerta.Su vida es gris, y triste...y ella quiere que su vida sea de color verde.
Como sus ojos.