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sábado, 17 de abril de 2010

16 de abril

A veces me siento tan pequeña que me gustaría desaparecer.
Acurrucarme bajo mis sábanas y dormir.
Dormir hasta olvidarle,hasta odiarle...o ni siquiera eso.
Simplemente borrarlo de mi historia.
Como si no hubiera pasado por mi vida y hubiera dejado mi corazón patas arriba.
El pobre estaba ya medio reclinado, a puntito de levantarse, y zas...hoy otra vez ha tropezado.
Otra vez lo tengo patas arriba, otra vez caminando hacia atrás...otra vez 16 de abril.

miércoles, 24 de febrero de 2010

Ella ya no está

Ella ya no está.

Cumple sus palabras,es coherente consigo misma.
No podría fallarse a sí misma, eso sería un fracaso aún mayor.
Ha desaparecido,se ha esfumado, se ha evaporado como el humo que sale del vapor de la ducha.
Ya no hay llamadas,ni sms,ni lucecita verde en el chat de gmail, ni reencuentros,ni despedidas, ni besos en la cama,ni miradas del color de la coca-cola,ni abrazos infinitos.
Tampoco están su risa, su frescura o sus ojeras de recién levantada.
No están sus pequeñas manos,ni sus grandes ojos marrones,ni el tacto de su pelo castaño.
Su perfume,su sonrisa cuando bajaba del autobús,sus pies frios dentro de la cama.Su manera de besar.

Espera no estar ni siquiera en sueños.

jueves, 18 de febrero de 2010

En Pearl Harbour nadie sabe...

Le encanta la música.
Es algo que va con ella, con su personalidad.
Pero hace un tiempo que no puede escuchar música.Música para despertarse, para hacer cualquier cosa en casa, para andar por la calle, para viajar, para escuchar en compañía.
Para bailar con sus amigas.
Pero ahora no puede, su mp3 lo ha desterrado en un cajón.No quiere saber nada ni de Vetusta Morla, de Sabina o de Pereza.Ni siquiera las canciones rockeras de La Fuga.
O ese album remember con música dance.Nada.

Intenta no escuchar tampoco el hilo músical de la oficina,a veces se cuela Amaral por las rendijas y se abstrae,intenta no escuchar la voz de Eva diciendo que haces que se vaya mi melancolía...

Todavía no quiere escuchar música.
Pero hoy ha descubierto esto, en la tele...porque la tele le hace no pensar en nada,ni en nadie.

Debo ser muy kamikaze...en Pearl Harbour nadie sabe.

jueves, 11 de febrero de 2010

Efímeras

Al principio no aparecieron.

Llegaron pasados unos días,una mañana,al despertar.
Al abrir los ojos.Tímidamente, pero ahí estaban.
Luego aparecieron en el metro,en el primer vagón al que sube desde hace una semana.
A la ida y a la vuelta.
Intentaba ocultarlas,centrándose en lectura de ese libro de autora francesa.
Mientras se preguntaba si alguien estaba reparando en ella.
Luego, las muy traidoras, aparecieron sin avisar.
Sin llamar a su puerta se presentaron en el parque por el que pasa al volver a su casa.
Pero igual que llegaron se han ido...y no se han despedido de ella.
Ya no la acompañan en su despertar,ni en su metro,ni en el baño de la oficina,ni en el parque.
Tan sólo aparecen bajo la ducha.

Bajo todas esas gotas que caen sobre su cara no significan nada.

Cuán efímeras son...