Una debilidad.
Un rayo de luz que nos ciega y aún así, seguimos mirando su luz. Fascinados.
Tú eres mi talón de Aquiles.
Mi debilidad.
Por tí sigo mirando ese rayo de luz que me ciega y a su vez, me fascina.
Y creo que el secreto para conseguirlo es que puedes hacerme reír en medio de mis lágrimas.