A veces no calculo bien los años que hace que te marchaste.Hoy van nueve.
En parte creo que es porque yo te tengo bien presente.
Siempre que cocino con cominos, ahí estás tú.
O cuando me sale esa vena flamenca y escucho Camarón.
Y con mi afición por el picante, siempre que como algo picante te recuerdo.
Me gusta haber heredado esas cosas tan sencillas y cotidianas de tí.
Por aquí todo sigue más o menos igual:una pandemia mundial muy loca, dos cambios de trabajo y una mudanza.
Ya no vivo en la casa donde celebré mis treinta.
Pero aquí sigues tú, presidiendo mi salón.Orgulloso, conmigo en brazos.
Iluminándome cuando hay momentos malos, y alegrándote de los buenos.
Lo sé.
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